Los retos que Yuki Tsunoda debe superar en Red Bull F1

El propio piloto lo atribuye al destino. Después de cuatro años de aprendizaje en la Fórmula 1, a menudo frustrantes, con el equipo junior de Red Bull, durante los cuales las perspectivas de ascenso disminuyeron y luego parecieron desvanecerse por completo, Yuki Tsunoda está ahora donde cree que siempre debería haber estado.

El problema es que eso es lo que pensaba el piloto al que sustituye. Y el anterior a él. Y así sucesivamente. Ser el compañero de equipo de Max Verstappen es uno de los trabajos más duros del Gran Circo, especialmente cuando se combina con la necesidad de familiarizarse con un coche difícil. Y, aunque la lista de bajas indica que el monoplaza es el problema y no las personas que lo conducen, la realidad es que el segundo piloto siempre saldrá señalado si el tetracampeón es el único que acumula puntos.

El trabajo de Tsunoda es ayudar a mejorar el coche, reforzar las ambiciones de su compañero de equipo por el Mundial de Pilotos y reiniciar la campaña de Red Bull en el campeonato de constructores. Si no puede hacerlo, Red Bull le sustituirá por alguien que sí pueda.

Para mantener su asiento, tendrá que hacer mucho más que permitir que el director del equipo, Christian Horner, gane en sus juegos de mesa particulares…

1) Aprender a poner el RB21 ‘en la ventana’ de funcionamiento, y rápido

A pesar de que Tsunoda ha hablado con confianza sobre su experiencia con el RB21 en el simulador, diciendo que «no encontró el coche tan difícil de conducir», la realidad es probable que sea muy diferente. El propio Verstappen afirma que el coche es molesto, y el fracaso de Liam Lawson a la hora de obtener resultados es la razón por la que Tsunoda ha recibido esta oportunidad en primer lugar.

Tanto Verstappen como Lawson han hablado de la dolorosamente estrecha «ventana» de funcionamiento del RB21, de los inconsistentes cambios de equilibrio de curva a curva y de la dificultad de gestionar el rendimiento de los neumáticos dada su inclinación por el sobreviraje brusco. Aunque la misión del equipo de ingenieros con este coche era sacrificar algo de rendimiento máximo para hacerlo más benigno que su predecesor, la experiencia de los dos primeros grandes premios de esta temporada sugiere que sigue siendo difícil acceder a su rendimiento máximo.

Sergio Pérez, expulsado el año pasado en favor de Lawson, explicaba con frecuencia que a medida que hacía que el RB20 fuera más «cómodo» -es decir, menos nervioso- de pilotar, él se volvía más lento. Lo que Verstappen puede hacer, y sus compañeros no, es apoyarse en el eje delantero en las curvas progresivamente para evitar provocar a la parte trasera. Y si miras sus imágenes en el coche de cualquier sesión en pista, verás que ni siquiera él lo hace bien todas las veces.

Fue la falta de consistencia de una curva a otra, y esa tendencia a sobrevirar sin previo aviso si el piloto giraba con demasiada agresividad, lo que acabó con la confianza de Pérez y con la de Lawson. Si un tetracampeón del mundo encuentra un coche difícil de pilotar, compadézcase del piloto normal del otro lado del box.

Por esta razón, es un error esperar que Tsunoda sea más rápido que Lawson sólo porque consiguió mejores resultados con el Racing Bulls en Australia y China. Y erróneo, rozando lo fatuo, concluir que el RB21 es de algún modo inferior y depende de la magia de Verstappen para rodar en cabeza, o cerca de ella.

Racing Bulls tiene un coche más benigno cuyos picos de rendimiento son, por tanto, más fáciles para acceder; y está claro por la velocidad de Verstappen en curvas exigentes que el RB21 tiene más carga aerodinámica. El problema de Red Bull es que sólo él puede localizar el punto dulce.

El Gran Premio de China reveló otra peculiaridad. Dejando a un lado la miserable carrera de Lawson -que estaba probando un cambio «radical» de puesta a punto que empeoró aún más el coche-, Verstappen fue una presencia totalmente anónima en el primer stint, descolgándose del grupo de cabeza. El RB21 cobró vida con los neumáticos C2 usados por primera vez en su segundo stint. No es inusual que los coches respondan de manera diferente a un compuesto alternativo, pero esto fue un cambio notable.

En definitiva, Tsunoda tiene mucho que aprender en muy poco tiempo. «Mi prioridad es entender primero el coche, cómo se comporta en comparación con el RB», dijo el pasado fin de semana. «Si puedo disfrutar de forma natural conduciéndolo a medida que me familiarizo con él en la FP1, entonces los resultados vendrán después».

Pocas veces el uso de la palabra «si» ha venido cargado de tantas suposiciones. No puede permitirse subestimar la magnitud del reto al que se enfrenta.

2) Tsunoda debe gestionar las expectativas

Dejar caer la posibilidad de acabar en el podio en su primera carrera con Red Bull quizás no haya sido la decisión más sabia que haya tomado Tsunoda. Naturalmente, habrá una gran cantidad de expectación en su primera carrera con Red Bull en Japón este fin de semana, pero, teniendo en cuenta el destino de sus predecesores, haría bien en gestionar esas expectativas en lugar de inflarlas.

Se dice que no se puede pulir un zurullo, pero sí cubrirlo de purpurina. Esta es, en pocas palabras, la misión de Tsunoda en Red Bull. Los responsables del equipo consideraron que su mayor experiencia en la F1, comparada con la de Lawson, podría ser útil para depurar el RB21. Se pueden ignorar los tópicos sobre el bienestar del neozelandés en las declaraciones de la semana pasada del jefe del equipo, Christian Horner. Red Bull no es un equipo que eche un brazo de ánimo sobre el hombro de un piloto en apuros, sino que es una de las organizaciones más testarudas de la parrilla.

Tsunoda ha sido ascendido para hacer un trabajo, y sus declaraciones públicas deben reflejarlo. Algunas de las palabras atribuidas a Lawson durante la pretemporada le hicieron parecer un poco engreído, y el nipón puede -debería- aprender de la rapidez con la que su antecesor perdió la confianza en sí mismo.

Helmut Marko ha dicho que Tsunoda se queda el resto de la temporada. Toda una declaración por parte del hombre cuyos dedos suelen tirar más a apretar el gatillo. A Lawson no se le dio el tiempo que necesitaba para adaptarse al coche. Está claro que el equipo pensó que ese objetivo estaba demasiado lejos para su gusto, de ahí su rápido despido. Lo que Yuki debe hacer es ser realista en cuanto a los plazos, tanto en sus declaraciones públicas como a puerta cerrada, y asegurarse de que sus objetivos son específicos, medibles y alcanzables.

3) Construir una relación de trabajo con su nuevo ingeniero de carreras

Los desafíos bien documentados de encontrar una puesta a punto viable para el RB21 ponen más énfasis en lo que ya es un factor importante en el rendimiento del coche: la relación entre el piloto y su ingeniero de carrera. Red Bull ha confirmado a Motorsport.com que Tsunoda trabajará con Richard Wood, que se incorporó este año después de trabajar como ingeniero de rendimiento de Pérez.

Aunque Wood es relativamente nuevo en el puesto, no se le consideraba parte del problema de Lawson. Como elemento establecido de la estructura de Red Bull, podrá ayudar a Tsunoda a adaptarse al funcionamiento del equipo.

Como quedó patente en los mensajes por radio de Lewis Hamilton con su nuevo ingeniero de carreras en Ferrari, Riccardo Adami, puede llevar tiempo que la relación se consolide y que cada una de las partes entienda lo que quiere la otra y cómo comunicarlo. Pero Tsunoda tiene experiencia reciente de cambios en este departamento: su ingeniero de toda la vida, Mattia Spini, fue ascendido el verano pasado y sustituido como ingeniero por Ernesto Desiderio.

4) Tsunoda sabe cuándo mantener la boca cerrada

Se entiende que la proximidad inmediata de Lawson respecto al ritmo de Tsunoda cuando sustituyó a Daniel Ricciardo en el equipo junior de Red Bull a finales del año pasado fue lo que hizo que se tomara la decisión de que sustituyera a Pérez. La dirección de Red Bull creía entonces que tenía más margen de mejora que Tsunoda, y que era más resistente mentalmente.

La opinión popular de que la tendencia de Tsunoda a tener berrinches por la radio del equipo fue la razón por la que no se le eligió no es del todo exacta. Pero sus enfados ocasionales contribuyeron a la percepción general de que Lawson era el candidato más sólido.

Los equipos aceptan (aunque a regañadientes) el comportamiento de diva, pero sólo de los pilotos que dan la talla. O de aquellos cuyos padres son dueños del equipo. Si Tsunoda va a ser polémico a veces, tiene que ganarse el derecho a serlo.

Con información de Motorsport

¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!