En el mundo de las necesidades del boxeo hay que apuntar, con algo de urgencia, un combate entre Saúl ‘Canelo’ Álvarez y Jake Paul, dos hombres que ya estuvieron en una negociación y que ahora han echado a andar la narrativa necesaria para enfrentarse en un futuro… quizá no tan lejano.
La victoria de Paul, un youtuber en camino a ser boxeador, sobre Julio César Chávez Jr el pasado fin de semana significó un estandarte que Jake puede presumir en su camino a ingresar a las formalidades del boxeo profesional: Le ha ganado a un ex campeón. Antes (noviembre de 2024) también lo hizo con Mike Tyson, haya sido como haya sido.
Saúl Álvarez, un boxeador convertido en empresario, manifestó previo al combate entre Paul y Chávez Jr su respaldo a Chávez Jr. El entrenador de Canelo, Eddy Reynoso, pidió que cesaran las críticas a Julio argumentando que era un ejemplo de superación por todos los problemas que ha tenido más allá del deporte.
El resultado además dio pretexto a la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) para clasificar a Paul (12-1, 7KOs) como el número 14 y ahora es elegible para pelear por el título mundial de peso crucero. “He trabajado duro para llegar hasta aquí, pero no hay nada que celebrar”, dijo Paul en un mensaje en la red social X. “Puedo desviarme del camino de vez en cuando, pero ser campeón del mundo es mi destino final deseado”, añadió.
Paul está dando pasos hacia adelante en el mundo de las formalidades del boxeo, un escenario en donde aún lo desprecian porque no cuenta la clásica historia del niño que soñó con ser campeón mundial, y apenas tiene unos años tratando de competir en la formalidad del boxeo.
La historia, que solo podría existir en un mundo hiper comunicado como el de hoy, sigue generando críticas a la tradición porque Jake tiene la osadía de elegir el rival que va a enfrentar, el momento en que lo hace, las circunstancias o escenarios en que se programa el combate y cuánto le va a pagar.
Para ser justos hay que decir que en el boxeo tradicional el modus operandi es similar: También un millonario árabe saca la chequera y monta las peleas que desea, en el mismo patio de su casa y a la hora en que más le convenga al negocio. Igualmente Canelo pone sus condiciones y elige a sus rivales sin escuchar a la crítica, a pesar de eso es el rostro del boxeo en Norteamérica. Tanto Saúl Álvarez como Turki Al-Sheikh han sido atacados, pero ahora son parte de la familia del boxeo.
Bajo estas circunstancias, la narrativa está hecha: El irreverente Paul cuestiona el mundo formal que defiende Canelo.
El paso siguiente no es una pelea, aún se puede calentar más, pero podrían seguir un intercambio de mensajes en redes sociales, millones de críticas, teorías, cuestionamientos y algunas peleas por separado de Saúl Álvarez y Jake Paul.
Después de intentar ir por su título mundial, Paul estaría en condiciones de enfrentar a Canelo. Saúl mientras tanto puede seguir eligiendo a sus víctimas, cumplir su contrato de peleas con los árabes y luego reportarse listo para defender el nombre del boxeo mexicano y las reglas del boxeo mundial.
Entonces la pelea convertida en un duelo generacional, atractiva para los aficionados veteranos y para los irrespetuosos jóvenes, atiborraría la arena y atraería millones de espectadores en toda Norteamérica. En los juegos se azar sería un todos ganan… y todos felices. Con información de ESPN