El Abierto de Australia 2023 había fijado el mayor batacazo del calendario naciente. En enero pasado, una de las máximas promesas del tenis norteamericano dio el golpe para eliminar en cuatro sets al, entonces, número 3 del mundo, Casper Ruud. Todo cambió repentinamente: la derrota en la siguiente instancia eliminatoria (16avos de final) fue el último partido disputado del año para Jenson Brooksby debido a una serie de lesiones que lo marginaron de la rutina cotidiana y, a horas de cumplir 23 años, recibió un cachetazo a su ilusión de volver a las pistas cuanto antes.
La Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) lo suspendió por 18 meses luego de no haberlo podido localizar en tres ocasiones para realizar las respectivas pruebas antidopaje en un período de 12 meses. Así lo comunicó el organismo en sus canales oficiales: “La sanción se retrotraerá al 5 de julio de 2023 y finalizará el 4 de enero de 2025 (…). El jugador tiene prohibido jugar, entrenar o asistir a cualquier evento de tenis autorizado o sancionado por los miembros de tenis de la ITIA: ATP, ITF, WTA, Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos”.
La misiva de la ITIA explicó cómo se alcanzó el veredicto final: “El tribunal independiente, establecido por Resoluciones Deportivas, se reunió el 10 de octubre de 2023 y escuchó al jugador y a varios testigos, incluido el Oficial de Control de Dopaje (DCO), que estuvo involucrado en la disputada segunda prueba fallida. Brooksby aceptó que la primera y la tercera prueba fallida eran válidas, por lo que solo la segunda prueba fallida estaba en disputa ante el tribunal”.
En este sentido, añadió: “Habiendo considerado las pruebas, el tribunal concluyó que el grado de culpa de Brooksby por la falta de prueba era alto. El tribunal determinó que el DCO ‘tomó todas las medidas razonables para localizar al jugador’ en la prueba en disputa y que el jugador fue negligente al no estar disponible para la prueba durante el horario identificado”.
Esta situación mereció una respuesta por parte del acusado. Brooksby, que es profesional desde 2021, lanzó una publicación en su cuenta personal de Instagram bajo el título “seguiré luchando”. “Estoy muy decepcionado al saber que me han suspendido por 18 meses por faltar a tres pruebas. Nunca en mi vida he consumido ninguna sustancia prohibida y fui abierto y honesto con la ITIA durante todo mi caso”, se descargó.
De igual manera, acompañó lo dicho por la entidad sobre el único examen puesto en discusión: “Acepto que dos de esas pruebas me las perdí por mi culpa, pero sigo manteniendo que el test del 4 de junio de 2022 debería dejarse a un lado. En esa fecha, estuve en mi habitación de hotel durante todo el periodo de la prueba de una hora. La habitación había sido reservada para la primera parte de la estancia a nombre de mi fisioterapeuta, que se hospedaba conmigo, porque la ATP no me proporcionó una habitación hasta el 4 de junio. A partir del 4, la habitación estaba a mi nombre. Por alguna razón, en la mañana del 4 de junio, el hotel le dijo al Control de Dopaje que aún no me había registrado, pero le mostraron el número de mi habitación. Incluso teniendo esa información, nunca le pidieron al hotel que llamara, por lo que yo no sabía que tenía que hacerme una prueba”.
“El Control de Dopaje realizó una llamada a mi móvil, que estaba en silencio, en los últimos cuatro minutos del periodo de la prueba. Si hubieran llamado a mi habitación del hotel, aunque fuera solo una vez, seguramente me habrían hecho la prueba, porque estaba despierto y no tenía nada que ocultar”, finalizó.
El representante de los EEUU llegó a ser 33° del mundo en junio del pasado año y su falta de inactividad en los últimos meses lo dejaron en el puesto 301 del escalafón de la ATP. Debió someterse a sendas operaciones en cada una de sus muñecas para reparar el daño producido en los tendones dislocados y, de hecho, su equipo le había aconsejado ausentarse del Grand Slam, pero pudo más su intención de jugarlo después de pegar el faltazo en 2022 por un test positivo de COVID-19. “Sabía que era bastante grave y que tendría que perderme algún tiempo”, había contado tiempo atrás sobre las molestias recurrentes en la zona.
El ganador de los Challenger de Potchefstroom, Orlando y Tallahassee, todos ellos en 2021, tiene 21 días para apelar la decisión al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) desde la fecha de la emisión del fallo y el protagonista señaló su intención de hacerlo para disminuir el castigo que lo dejaría al margen de las competiciones hasta los primeros días de 2025. Hasta el momento, ganó más de dos millones de dólares en su carrera.
Tras su comunicado inicial, Jenson Brooksby difundió otro posteo con duras palabras ante lo que debe experimentar. “Me testearon por IDTM (International Doping Tests & Management) el martes por la noche, apenas unas horas después de que la ITIA anunciara mi suspensión. Quienquiera que haya tomado esa decisión no se preocupa por la salud mental de los jugadores. Esta es mi quinta prueba desde marzo de 2023 incluyendo 1 prueba fuera de mi ventana de 1 hora. Nunca he fallado una prueba”, escribió.
Con información de Infobae