Durante los años 90, Michael Jordan y Scottie Pippen dominaron la NBA como pocas duplas en la historia. Juntos, conquistaron seis anillos con los Chicago Bulls, marcaron una era y dejaron una huella imborrable en el deporte. Pero lo que en la cancha parecía una conexión irrompible, fuera de ella terminó en distanciamiento. Años después de aquellos títulos, los dos íconos casi no se hablaban.
La pregunta sobre cuándo comenzó el quiebre entre ambos estuvo siempre presente. Y según Craig Hodges, excompañero en los Bulls, hubo un momento clave que lo cambió todo.
1996: un reconocimiento que cambió el vínculo
El punto de inflexión, según Hodges, fue en 1996, cuando la NBA celebró su 50° aniversario y eligió a los 50 mejores jugadores de todos los tiempos. Tanto Jordan como Pippen fueron incluidos en esa lista, lo que para muchos fue una consagración natural. Pero según el exbase, aquel reconocimiento cambió la forma en que Pippen se posicionaba dentro del equipo y frente a Jordan.
“Dejó de verse como el hermano menor de MJ y empezó a plantarse distinto. No cambió cómo jugaba, cambió su confianza”, explicó Hodges. Desde entonces, la relación entre ellos nunca volvió a ser la misma.
Reconocimientos compartidos, presencia dividida
Décadas después, los intentos por acercarlos fueron en vano. El más reciente fue en 2024, cuando los Chicago Bulls los incluyeron a ambos en su Anillo de Honor, un homenaje institucional a las grandes leyendas de la franquicia. Pero Michael Jordan no asistió. Las razones no fueron comunicadas oficialmente, pero el gesto fue leído como una señal más del profundo alejamiento.
Pippen, por su parte, sí estuvo presente. Y aunque no hizo comentarios públicos sobre la ausencia de Jordan, el contraste fue evidente.
Una dupla legendaria, una grieta que persiste
La historia entre Jordan y Pippen es tan potente como su quiebre. Fueron compañeros, campeones y símbolos de una era, pero también protagonistas de una distancia que ni el tiempo ni los homenajes han logrado cerrar.
Sus caminos se cruzaron en el lugar más alto del básquet mundial, pero hoy siguen por separado, sin señales de reconciliación a la vista. Para los fanáticos, la pregunta sigue abierta: ¿el respeto deportivo alcanzará algún día para recuperar la relación personal? Lo único seguro es que, pese al silencio, Jordan y Pippen seguirán siendo parte de la misma leyenda. Aunque ya no se miren a los ojos. Con información de MSN