Dicen que a falta de pan… casabe, y eso hizo Jake Paul (11-1, 7 KO’s) cuando se cayó su combate con Saúl Canelo Álvarez (63-2-2, 39 KO’s) . No perdió tiempo y amarró al apellido más ilustre del boxeo mexicano a su siguiente presentación sobre el ensogado.
El sábado 28 de junio enfrentará al excampeón mundial Julio César Chávez Jr. (54-6-1, 34 KO’s) en una pelea estelar de peso crucero en el Honda Center de Anaheim, California (DAZN PPV).
Si bien Chávez Jr., de 39 años, dista de estar en su prime, es un peleador legitimo con un pasado importante en el boxeo, además de ser hijo de Julio César Chávez, al que muchos consideran el mejor boxeador mexicano de la historia.
Pedimos a los expertos de ESPN Digital que definieran con una palabra este combate (y luego argumentaran), que podría ser la puerta de entrada del youtuber a las grandes ligas del deporte.
El choque de este sábado 28 de junio entre Jake Paul y Julio César Chávez Jr., más que nada, sirve para ilustrarnos sobre el actual estatus del boxeo, entre varios otros tópicos de discusión. Nos refresca la importancia del factor entretenimiento en un deporte rudo como el boxeo.
Nadie duda de que, primordialmente por la gestión de Paul, haya instantes de puro intercambio de trompadas -algo de lo que careció, por ejemplo, el choque Canelo Álvarez v. William Scull, que dentro de los esquemas tradicionales del deporte fue mucho más «importante». Y eso vende.
También puede ser visto como una estampa de cómo se construye un evento atractivo: un youtuber con fanaticada multitudinaria, reconocidas habilidades como comunicador, proficiente en su desarrollo como boxeador, astuto en la elección de sus rivales y todo listo, que llueva el dinero. Y si quieres algo más, otra muestra de cómo Chávez Jr. es capaz de seguir exprimiendo el peso de su apellido y pasadas glorias. (Jaime Vega Curry).
La pelea entre Jake Paul y Julio César Chávez Jr. es una necesidad mutua. Del lado de Jake Paul está la oportunidad de vencer a un excampeón mundial y guardar en su hoja de vida el prestigio de haberle ganado a un apellido legendario.
Si Paul gana, porque posibilidades tiene al enfrentar a un boxeador que en su historia jamás se ha preparado de forma adecuada, que no ha cuidado su cuerpo y que siempre que tiene una oportunidad se encarga de desperdiciarla, podrá construir la ruta de ser un peleador clasificado y eventualmente ir por un cinturón de los organismos que rigen este deporte a nivel mundial.
Chávez Jr. significa la mejor oportunidad de Jake Paul para entrar a un nivel distinto en las reglas tradicionales del boxeo, jugar dentro del sistema y poder cumplir su anhelo de disputar un cinturón mundial.
En la esquina de enfrente, Julio César Chávez Jr. ha recibido muchas oportunidades y siempre termina decepcionando, pero ahora, a sus 39 años, tiene la última oportunidad de ganar dinero y hasta, en caso de una victoria, quizá hasta relanzar su carrera como boxeador.
Julio si es un boxeador profesional, y una definición así debería llevarlo a la victoria incluso estando a la mitad de sus capacidades, pero nunca lo ha demostrado. Así que para Chávez Jr. la necesidad radica en limpiar su historia y ser quien defendió el prestigio del boxeo tradicional frente a Paul, en lugar de un escalón más en el camino del youtuber. (Saúl Trujano).
Nos guste o no, Jake Paul llegó al boxeo para quedarse y su capacidad para jugar el papel de promotor y protagonista representa una cantidad impresionante de dinero, tanto para él como para quienes participan en sus carteleras, sean boxeadores o no.
Jake Paul ha sabido venderse en el mundo del pugilismo, sabiendo que los puristas del deporte no lo aceptarán ha acaparado a todos esos fans eventuales que se acercan solo por morbo, al tiempo que también ha despertado el interés en segmentos que en el pasado habían sido ajenos al deporte.
Al final del día eso se traduce en dinero, el combustible que enciende el motor de este negocio.
Y en medio de eso aparece la figura de Julio César Chávez Jr., quien –a pesar de sus resultados tan discretos en los últimos años en el boxeo– sigue siendo un imán de taquilla y tiene en su pasado un campeonato mundial que lo legitima como una verdadera amenaza para Jake Paul.
O al menos eso es lo que Jake Paul nos ha vendido y muchos le hemos comprado, porque al final del día la mayoría espera que un boxeador de verdad –si eso es Chávez Jr. todavía– le enseñe que este deporte no es un juego y ya sea por esa razón o porque en verdad estamos interesados en la carrera del ‘Rooster’, de alguna u otra manera ahí estaremos atentos a nuestro dispositivo para ver esta pelea.
Y adivinen qué… esa atención se traducirá en dinero. (Erick Cervantes)
La pelea entre Jake Paul y Julio César Chávez Jr. se tiene que catalogar como ingeniosa. No porque sea algo innovador ni porque hayan descubierto el mapa del tesoro (aunque económicamente lo será), sino porque pensaron en satisfacer a todos. Decir que es un negocio no es una mentira, pero ¿qué promotor se mete al boxeo pensando en no hacer dinero? Y tampoco me gusta describirla como circo debido a que todos los combates buscan lo mismo: entretenimiento, satisfacer a los fanáticos.
La narrativa de que Jake Paul y sus combates le hacen mal al boxeo es falso. Lleva un público joven que no mira usualmente boxeo y dignifica el pugilismo presentando carteleras muy competitivas. Recientemente en su cartelera contra Mike Tyson disfrutamos de la revancha entre Amanda Serrano y Katie Taylor y la guerra entre Mario Barrios (ahora rival de Pacquiao) ante Abel Ramos.
Carteleras como estas son las que dignifican al boxeo, Jake Paul es un tipo ingenioso así como esta pelea. (German García).