Tegucigalpa, Honduras.- La incertidumbre y el descontento se apoderan de la comunidad de pacientes renales en Honduras. Se trata de una situación delicada, donde la vida de personas pende de un hilo. La llegada de Nefrocentro ha generado preocupaciones debido a su falta de experiencia en el campo, lo que podría resultar en costos más elevados para el Estado y, lo que es peor, poner en riesgo la vida de los beneficiarios de la hemodiálisis.
Las redes sociales se han convertido en el escenario donde los pacientes renales expresan su descontento y temor. Exigen al Estado que no los abandone y que garantice la calidad y seguridad en los servicios de diálisis. Consideran que la Secretaría de Salud ha tomado decisiones apresuradas que ponen en riesgo sus vidas.
La evidencia es clara: la calidad de los insumos utilizados por la nueva empresa está comprometiendo la salud de los pacientes renales. La presencia de la bacteria SERRATIA en la sangre de los pacientes, debido a condiciones antihigiénicas en el manejo de los catéteres, es alarmante. Esta situación pone en riesgo la vida de los pacientes, aumentando las posibilidades de complicaciones graves e incluso la muerte.
La situación no puede ser ignorada. Es imperativo que las autoridades tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes renales en Honduras. Nefrocentro debe asumir su responsabilidad y trabajar en conjunto con las autoridades y la comunidad médica para resolver esta crisis y brindar un servicio de calidad que no comprometa la vida de los pacientes. La salud y la vida de estas personas no pueden seguir siendo vulnerables ante la negligencia y la falta de experiencia.