Es un invierno frío y gélido. Y quiere seguir siéndolo, aunque se espera que las temperaturas suban esta semana. Pero una cosa es el tiempo y otra el clima de Maranello. El monoplaza 676, el nombre clave del nuevo bólido italiano, está naciendo en la Gestione Sportiva: desde el comienzo del nuevo año, todo ha sido silencio en la Scuderia. Y no es que haya pesimismo ante la temporada que está a punto de comenzar, sino un poco de temor. Tempor a que se repita lo del año pasado, cuando la expectativa por el SF-23 fue acompañada por una presentación a lo grande.
La llegada de Fred Vasseur al timón de la escudería del Cavallino, los números del túnel del viento que daban al coche rojo como posible aspirante al título, habían alimentado una exagerada expectación y una confianza que luego no se vio correspondida en el rendimiento de los monoplazas conducidos por Charles Leclerc y Carlos Sainz.
La presentación del año pasado en Fiorano, el día de San Valentín, pareció especialmente diseñada para reconciliar a los seguidores de la Scuderia con Ferrari. Fue un cálido y envolvente abrazo: patrocinadores, periodistas, televoras, superfans y demás. El lanzamiento del SF-23 se había convertido en un acontecimiento enorme.
Todo bonito, todo perfecto excepto el coche rojo, que traicionó las expectativas desde el inicio mismo del campeonato, que rápidamente se vio cuesta arriba. Bastaba observar la cara de los pilotos para darse cuenta de que algo iba mal. Hubo que esperar hasta Singapur, tras la ilusión de Monza, para saborear la alegría de la victoria, para interrumpir la marcha triunfal de Max Verstappen y el Red Bull RB19.
Esa lección Fred Vasseur no la ha olvidado, y por eso que ahora el director del equipo quiso algo muy diferente. Fiorano sí, presentación sí, pero a puerta cerrada.
Es por eso que el 13 de febrero Ferrari presentará su nuevo monoplaza como si fueran los tiempos de la pandemia del COVID-19. Dentro estarán los patrocinadores (y con razón), fuera todos los demás, incluida la televisión. Las reuniones con directivos, técnicos y pilotos serán virtuales: sesiones de 20 minutos vía Zoom. El coche se verá en las fotos: no será el que debute en los test de Bahréin, sino el del filming day de 200 km en Fiorano.
De esta forma, Ferrari levanta un muro. Busca un perfil bajo, teme las ilusiones y decide encerrarse en su fortaleza. Evidentemente, cada uno debe ser libre de comportarse como quiera en su casa, pero habrá un término medio entre el espectáculo (estrepitoso) del año pasado y el miedo a que las cosas luego salgan mal. Descubriremos si será un signo de fortaleza o de gran debilidad.
Con información de Motorsport