Sergio Pérez buscará dejar atrás lo antes posible el lamentable fin de semana que tuvo en Mónaco, donde el sábado clasificó 18° y quedó eliminado en la Q1 de la sesión de clasificación, para luego el domingo verse involucrado en un fuerte accidente apenas iniciada la carrera tras un contacto de Kevin Magnussen, de Haas.
Sin embargo, mientras el mexicano pasa de página para enfocarse en el Gran Premio de Canadá de la próxima semana, las consecuencias del choque en Mónaco quizás se agraven más adelante en el campeonato.
De acuerdo a Marko, asesor deportivo de Red Bull en la F1, el equipo aún no sabe si la caja de cambios y la unidad de potencia que llevaba Pérez en su RB20 podrán volver a ser utilizadas en la temporada.
«Aún no sabemos cómo están la caja de cambios y el motor, por lo que el accidente también podría acarrear sanciones adicionales si tenemos que superar la cuota permitida», escribió Marko en su habitual columna de Speedweek.com posterior a cada fin de semana de gran premio.
El motor que llevaba Pérez en Mónaco era el segundo de los cuatro que tiene permitidos cada piloto por año, y la misma situación aplica para la caja de cambios. Con 16 grandes premios aún por delante, sería difícil que no necesite una renovación de piezas extra antes del final, lo que se traduciría en una sanción en parrilla.
Por otro lado, y como ya lo había hecho el domingo, Marko insistió en lo costoso del accidente y cómo eso puede repercutir en el programa de desarrollo de Red Bull, justo en una temporada que se presenta apretada con Ferrari y McLaren.
«Fue un costoso accidente en la primera vuelta, que nos costará entre dos y tres millones de euros. Evidentemente, se trata de una grave desventaja debido al límite presupuestario, porque daños como éste afectan al presupuesto de desarrollo», dijo.
«Pérez estaba en la línea de carrera, Magnussen entró con optimismo, pero tenemos que aceptarlo, el riesgo de este tipo de accidentes está ahí y tenemos que asumir los costos», agregó.
Marko también se refirió a los problemas que enfrentó Red Bull Racing durante el fin de semana de Mónaco, los cuales achacó principalmente a una falla de correlación entre el simulador y la pista.
«El problema empieza en el simulador, que señalaba que el coche iba muy por encima de los bordillos. En pocas palabras, esto significa que el simulador y la realidad no se corresponden. Y Mónaco no fue el primer circuito en el que tuvimos este problema; la primera vez que fue relativamente grave fue en Singapur (2023). Allí, el simulador escupió algo que no se correspondía con la realidad. Ese es el primer punto que abordaremos», explicó.
«Somos optimistas y creemos que podremos averiguar al menos una vez por qué el simulador produce datos que no se corresponden con la realidad. Pero Montreal también podría ser un fin de semana difícil para nosotros», advirtió al austriaco.
Con información de Motorsport