Desenlace más que inesperado se vivió este domingo, cuando el italiano Jannik Sinner (2°) se retiró rengueando y asistido por un fisioterapeuta a causa de un fuerte dolor en su rodilla derecha, en el encuentro correspondiente a tercera ronda del Masters 1000 de Shanghai frente al neerlandés Tallon Griekspoor (31°).
Luego de coronarse en el ATP 500 de Beijing, el pupilo de Simone Vagnozzi y Darren Cahill se presentaba como máximo favorito en el anteúltimo de la categoría de la temporada por la baja del español Carlos Alcaraz (1°), consciente de que una eventual exitosa defensa del título y la posterior proclamación en el ATP 500 de Viena le permitiría recuperar la cima del ranking mundial masculino, cedida hace apenas semanas en el US Open.
Sin embargo, el verdugo del alemán Daniel Altmaier (49°) en el estreno se marcharía envuelto en un mar de dudas del evento chino, porque, después de adueñarse 7-6 (3) del primer set, todo cambiaría en un abrir y cerrar de ojos, sufriendo una inoportuna dolencia en su rodilla derecha en la medianía de la segunda manga, viéndose forzado a solicitar asistencia para continuar en el match.
Pese a luchar contra viento y marea, el dueño de 21 trofeos en el circuito reconocería su condición y tomaría una acertada decisión al marcharse antes de concluir el partido con el marcador 6-7 (3), 7-5 y 3-2 en su contra, considerando que ya ni siquiera podía desplazarse con total normalidad al utilizar la raqueta como apoyo.
La imagen del final sería completa incertidumbre y preocupación de cara al futuro, a raíz de que Sinner abandonaría la cancha central con claras señales de molestia y problemas para dirigirse hacia el túnel de salida, necesitando la colaboración de uno de los médicos de la competición para cumplir con su cometido antes de arribar al vestuario. Con información de ESPN