Djokovic alcanzó su victoria número 99 en Roland Garros, una cifra que lo sigue encumbrando en la historia del torneo.
La última vez que había encadenado siete triunfos consecutivos fue en agosto del año pasado, lo que demuestra que su repunte no es casualidad.
Desde que se coronó en el ATP de Ginebra, algo cambió: volvió ese fuego competitivo que parecía apagado esta temporada.
En París, no ha perdido un solo set en lo que va del torneo y se le nota cómodo, enchufado y con hambre. Todo lo que no se había visto en los primeros meses del año.
Con su paso a octavos, el serbio alcanza por 16° vez consecutiva los octavos de final en este torneo. Una regularidad bestial.
A estas alturas, es casi una tradición verlo avanzar en la arcilla francesa. No por nada ya levantó la copa en tres ocasiones: 2016, 2021 y 2023.
En la siguiente ronda lo espera el británico Cameron Norrie (81°), en el papel, un rival accesible.
Pero con Djokovic, ya sabemos que lo que importa no es quién está al frente, sino cuán enchufado está él. Y por ahora, todo indica que el campeón está de vuelta. Con información de RedGol