Corrían 104 minutos del cerrado duelo entre Portugal y Eslovenia por los octavos de final de la Eurocopa cuando los lusos dispusieron de una chance inmejorable para romper la paridad. Penal. Cristiano Ronaldo, un especialista, cara a cara con Jan Oblak.
Sin embargo, el legendario delantero, que aún no anotó en la competencia, remató a la izquierda del portero del Atlético de Madrid, que adivinó su intención y rechazó el disparo. Desde allí, CR7, de 39 años, se fue del partido. La decepción lo abordó, algo extraño para un futbolista de su calidad y personalidad. Tal fue el golpe que rompió en llanto en el entretiempo del alargue y antes de la definición desde los 12 pasos: sus compañeros tuvieron que consolarlo.
Se trató de una imagen impensada para el máximo goleador de la historia del fútbol, con 895 conquistas. No obstante, la montaña rusa de emociones le tenía deparada nuevos estadíos. Es que Diogo Costa, arquero de 24 años del Porto, lo rescató con una monumental actuación en los penales. Tapó tres: a Josip Ilicic, Jure Balkovec y Benjamin Verbic, para que los lusos, a pesar del yerro de su máxima figura, avanzaran a los cuartos de final de la Euro, instancia en la que se medirán ni más ni menos que ante la Francia de Kylian Mbappé.
En el medio, el astro con pasado en el Manchester United y Real Madrid, y actualidad en el Al Nassr de Arabia Saudita, fue contenido por Pepe y el propio Costa cuando lo abordaron las lágrimas; se hizo cargo de un disparo en la definición, lo anotó con un tiro ajustado a la derecha de Oblak y no lo gritó: apenas si juntó sus manos hacia la tribuna, ofreciendo disculpas. Y luego, sí, ya con el pasaje a cuartos en el bolsillo, se permitió algunas sonrisas y hasta un saltito que quedó reflejado gracias al trabajo de los fotógrafos. El portero, por supuesto, resultó el foco de su agradecimiento.
“Esto es lo que da el fútbol, momentos inexplicables. Tuve la oportunidad a los ocho minutos y a los 80, y no lo conseguí. No fallé en todo el año (en los penales) y en el momento más importante de la temporada no lo conseguí. Sentimiento de tristeza y alegría al mismo tiempo, pero ahora a disfrutar. El equipo mereció avanzar”, fueron sus primeras declaraciones tras una jornada intensa para Portugal y, sobre todo, para el mítico atacante, que sigue en carrera en Alemania, detrás del sueño de alzar su segunda Euro en su carrera (la anterior, en 2016, en condición de local).
“Esta será mi última Eurocopa, por supuesto, pero a mí no me mueve esto, me mueve el entusiasmo”, se explayó. “Lo siento mucho por los fanáticos. Siempre daré lo mejor de mí por esta camiseta, la extrañe o no. Y haré esto toda mi vida. Hay que asumir la responsabilidad”, concluyó, aún compungido por el error que pudo costarle la clasificación a su seleccionado.
Con información de Infobae