El cambio de escenario será total para el español, que de golpe pasará de ser la piedra angular del fabricante más potente del campeonato y de centrar toda su estrategia deportiva y comunicativa, a convertirse en un piloto independiente prácticamente a todos los efectos, sin más compromisos que los suyos propios, y los que se deriven de su vínculo con el equipo Gresini, esencialmente durante los grandes premios.
Más allá de las carreras, las obligaciones de Marc Márquez con la estructura de Faenza son prácticamente nulas, en el sentido de que su contrato no le exige participar en actos promocionales con los patrocinadores. Un contraste enorme si lo comparamos con las ataduras de su etapa anterior. Su presentación, junto a la de su nueva escudería, se llevará a cabo el próximo 20 de enero, en Riccione, muy cerca del circuito Marco Simoncelli. Al margen de esa puesta de largo en Italia, también está previsto que Márquez pase por la fábrica de Ducati, en Borgo Panigale, al igual que hizo el año pasado Alex Márquez, su hermano y nuevo vecino de garaje.
El último acuerdo del #93 con Honda, aquel que firmó a principios de 2020, que tenía una duración inicial prevista de cuatro temporadas y que le reportaba más de 20 millones anuales, incluía unas 15 jornadas destinadas a las relaciones públicas. Esos 15 días se completaban con otras cinco comparecencias con Repsol, el principal patrocinador de la estructura oficial de HRC. En el asunto de los actos promocionales, la única carpeta que mantendrá la misma relevancia será la de Red Bull, a quien el corredor de Cervera siempre ha brindado un trato preferencial que ahora se mantendrá, o que incluso aumentará.
Al margen de las ventajas que pueda reportarle a nivel competitivo su nueva condición de ‘piloto Ducati’, el constructor de Bolonia le cederá una Panigale V4 para que pueda entrenarse cuando decida hacerlo en un circuito, de modo que el multicampeón dejará atrás las CBR que venía utilizando hasta ahora. El único deber que le impone Ducati es que el material que emplee no vaya rotulado con ninguna otra marca. A pesar de haber arrancado la división off-road recientemente, la compañía de las motos rojas todavía no tiene un modelo de motocross terminado, de modo que Márquez deberá buscar alguna alternativa.
Seguramente opte por la misma estrategia que utiliza su hermano, que se quedó las Honda CRF de su etapa anterior, pero rotuladas con la decoración de su dorsal, el #73. De cualquier forma, si el catalán decide seguir ejercitándose con esas Honda camufladas, deberá llegar a un acuerdo para quedárselas, si es que no lo ha hecho ya. En esa misma línea, la fábrica de Tokio también le cedía una serie de vehículos para que pudiera moverse tanto por Cervera como por Madrid, donde tiene fijada su residencia desde 2022.
En su pueblo natal, Márquez posee un museo con todas las motos y el material que ha ido acumulando desde que comenzó a competir. Las joyas de la exposición son, como es lógico, los prototipos con los que el ídolo local se coronó campeón del mundo de MotoGP, hasta en seis ocasiones. La mayoría de esas Honda RC213V se las ha cedido Honda, con quien ya ha pactado una prórroga, para poder seguir exhibiéndolas. Hace años, la marca regalaba a los campeones las motos con las que se habían coronado, pero decidió dejar de hacerlo cuando Freddie Spencer vendió las suyas.