El dolor de sufrir una derrota dura en el cuerpo el tiempo que uno mismo quiera. El Real Madrid no permitió que las carencias reflejadas en el derbi ante el Atlético se extendieran a la siguiente jornada liguera. Tan solo 72 horas después de abandonar el Cívitas Metropolitano, los de Ancelotti se recompusieron a tiempo para superar a la UD Las Palmas (2-0) y asaltar el segundo puesto de LaLiga, en bandeja tras el empate del Barça ante el Mallorca. El partido, dominado con poco brillo por el cuadro blanco, contó con la reaparición de Vinicius tras su lesión.
Perder en el Real Madrid supone un terremoto. Ancelotti lo sabe, pero su espalda, larga como él dice, también. Realizó numerosos cambios respecto al once que saltó al Metropolitano. Sin Bellingham, su goleador, Kroos ni Modric, sus guardias pretorianos. Volvió Joselu a la punta de ataque, Brahim en la mediapunta, pero sin Vinicius que, recién salido de lesión, inició en el banquillo. Aunque el brasileño contó posteriormente con 30 minutos de juego para ir cogiendo ritmo antes de la batalla que le espera a los blancos el próximo sábado en Montilivi ante el Girona, líder en solitario de LaLiga.
Vallés, héroe canario
En el banquillo canario, García Pimienta fue fiel a su idea controlar la posesión, pero con solo cuatro de los titulares que se enfrentaron el domingo al Granada. La mirada la tenía puesta más allá del Bernabéu. Muchos cambios para jugar a lo mismo porque a Las Palmas le gusta llevar la iniciativa y no ser sometido. Sin complejos saltó al terreno de juego, dispuesto a jugar de tú a tú a todo un Real Madrid. Pero la realidad fue otra. Fueron evitando los goles de milagro en milagro, o de parada en parada de Vallés, mejor dicho.
Frenó a Rodrygo, Joselu y Brahim. Ninguno era capaz de derribar el muro canario. El brasileño tuvo la primera, que estrelló en las piernas de Álvaro Vallés. Mientras que a Joselu y Brahim siempre les faltaba algo. Bien fallaban en el control, en la definición o ambas dos, con disparos cuya dirección siempre era un Vallés bien situado, pero que no tuvo que estirarse en ninguna ocasión para evitar el gol. Todo ello sin que Las Palmas ejerciera su turno de réplica, lo que favorecía que el Madrid se volcase sobre la meta canaria.
Brahim, MVP del partido
Y tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo. Fue Brahim Díaz el encargado de destrozarlo. Aprovechó su primera titularidad de la temporada para dejar claro a sus compañeros que peleará por un puesto en el once. Recibió dentro del área y, con tranquilidad y pasividad de la zaga canaria, controló y remató a placer. García Pimienta agitó la coctelera en busca de una reacción. Cardona y Kirian dentro; Mfulu y Sinkgraven fuera.
No tuvieron tiempo de asentarse sobre el terreno de juego cuando Joselu demostró que es más fiable de cabeza que con el pie. Remató un centro lateral de Rodrygo para poner tierra de por medio y dejar el encuentro visto para sentencia, aunque restase más de media hora. El ritmo bajó y el partido pasó a parecer un entrenamiento con público, que se levantó para ovacionar a Vinicius, otra de las notas positivas para Ancelotti. Disputó 33 minutos y fue cogiendo ritmo para el siguiente partido ante el líder en Montilivi. El Madrid se recompone y deja en un seísmo la derrota en el Metropolitano.
Con información de Infobae